a) Variables individuales del victimario: como lo pueden ser experiencias infantiles abusivas, educación deficiente, dificultades para la percepción de necesidades en los niños, baja autoestima, presencia de alguna adicción, principios educativos rígidos, trastornos psicopatológicos, etc. Es importante destacar, parafraseando a Carlos Eroles, que el violento no es necesariamente un perverso, sino que en muchos casos se trata de una persona que repite una conducta que aprendió durante su infancia, o que esta manifestando un síntoma de la violencia social.
b) Variables familiares: hacen referencia a embarazos no deseados, matrimonios forzados, violencia marital, hijos pre o extramatrimoniales, etc.
c) Variables ambientales: esta gama comprende la existencia o no de apoyo social, distanciamiento, incertidumbre ambiental e institucional, etc.
Pues bien, mientras que la variable de tipo a) constituye un factor predisponente, las variables b) y c) están referidas a factores precipitantes.
Es así, que hay factores que influyen en las conductas adoptadas por los padres hacia sus hijos en el cuidado. En muchos casos hay padres que se encuentran ante una “desventaja” porque desde niños han sufrido experiencias de maltrato que los hizo crecer como personas inmaduras e inseguras de si mismas, con una baja autoestima y escasa capacidad para resolver los problemas que se le presentan.
Fuente: Perrone, R. y Nannini: 1997.
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