Si bien existen diversas clasificaciones, la autora del presente trabajo considera la más pertinente aquella planteada por Graciela Tonón (2003), según la cual el maltrato se divide en dos tipos:
1. Activo:
- Maltrato físico: comprende los actos cometidos por los padres o cuidadores de niños que les generan lesiones físicas temporarias o permanentes.
- Maltrato psicológico o emocional: implica las actitudes de indiferencia, insultos, ofensas y/o desprecios producidos por los padres o cuidadores que dañan la esfera emocional de los niños.
- Abuso sexual: comprende distintas situaciones no consentidas por el niño. Se trata de cualquier clase de contacto sexual que un adulto mantiene con un niño, ya sea obligándolo a realizar actos sexuales o utilizándolo para lograr una estimulación sexual.
- Síndrome de Münchausen: se trata de un cuadro producido en forma premeditada por los padres o adultos cuidadores del niño, por medio del cual lo/a someten a exámenes médicos alegando síntomas generados por adulterar pruebas diagnósticas clínicas con el fin de que los niños sean medicados.
2. Pasivo:
- Abandono físico: comprende las situaciones de omisión producidas por los padres o cuidadores de los niños en las cuales no se dio respuesta a las necesidades físicas básicas de los niños, considerando que se podían haber respondido.
- Abandono emocional: se trata de situaciones de omisión producidas por los padres o cuidadores de los niños en las cuales no se dio respuesta a las necesidades emocionales básicas de los niños, considerando que se podían haber respondido.
- Niños y niñas testigos de violencia doméstica: incluye las escenas en donde los niños son testigos de violencia domestica en el ámbito de la familia, no siendo ellos protagonistas directos.
Extraído de Pincever, 2008: 29.