Un abuso sexual no implica violación o lo que comúnmente se espera, “penetración”. Las conductas incluidas en el abuso, pueden ser besos, tocamientos, masturbación conjunta, exhibición de genitales, fotografías o filmaciones pornográficas, exposición a conductas sexuales de terceros.
La mayoría de los abusos sexuales no incluyen la penetración de los órganos genitales, sino la fricción de los mismos, y por tanto, no se encontrarán huellas físicas en una revisación ano-genital.
Sólo en menos del 30% de los casos detectados se comprueban huellas de penetración genital o digital, por lo que es erróneo creer que porque en la revisación no hay marcas físicas, entonces no pasó nada.
· Las conductas abusivas por parte de los adultos ofensores, están apoyadas en una disponibilidad y acceso al niño/a casi ilimitado.
· En general, el abuso ocurre en situaciones de problemas familiares, de tensión emocional , en donde los adultos están muy ocupados con sus cargas afectivas y suelen no ver las señales de disgusto o rechazo hacia alguna situación o persona, que los niños muestran.-
· El que abusa del niño/ sabe que está haciendo mal.
· No importa cuantas veces se arrepienta de lo que haya hecho, continuará haciéndolo a menos que alguien o el propio niño con su relato, lo frene.
· Es necesario el control social y externo.-
· Las personas que abusan de los niños, no lo admiten ni se hacen cargo por ello... Si son confrontadas, negarán los hechos y responsabilizarán al niño “con sus mentiras”.
Una vez descubierto el abuso, si este es intrafamiliar, es imprescindible llevar a cabo la denuncia y sostener todos los procedimientos legales necesarios, para garantizar que el ofensor no se acercará al niño/a.
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